Pues apenas quedan 3 días para afrontar mi cuarta maratón de asfalto, segunda en los últimos 6 meses. Según algunos entendidos (yo no lo soy) no es bueno hacer 2 maratones de asfalto tan seguidas por el desgaste de la carrera y lo exigente de la preparación previa. Hay que darle tiempo al cuerpo para que asimile toda la traca que le metes y descanso para recuperarse correctamente. Este es lo que dice la teoría, pero luego la realidad es bien distinta…

Desde noviembre han pasado muchas cosas por mi cabeza con respecto a esta nueva maratón: correrla para bajar de 3 horas, no correrla, correrla de pachanga y correrla para mejorar mi marca personal (3:21:50) acercándome lo máximo posible a 3:15:00. Finalmente me he quedado con la última opción. Todos estos cambios y pajas mentales han estado condicionados por la dichosa lesión que, aunque de forma muy sutil, aún sigo arrastrando desde octubre.
Siendo realista no estoy recuperado al 100%. Estoy mejor que hace unas semanas, pero cuando he encadenado 3-4 días de entrenamientos con más intensidad se me ha resentido la zona del aductor. He cambiado a otro fisio (gracias Eloy) más centrado en lesiones deportivas y me ha ayudado mucho en la recuperación, pese a lo que sufro en las sesiones con las punciones secas. Me compré unas musleras compresivas de Compressport que han sido uno de mis grandes descubrimientos y me acompañan desde entonces en cada entrenamiento. He intentado aprender a escuchar aún más a mi cuerpo, supeditando la asimilación de las cargas y la recuperación a la cantidad y volumen de las sesiones de entrenamiento.

1901686_10203250582929763_59989223_nPese a todo he conseguido sacar 4 semanas para centrarme en esta exigente carrera. A nivel de cardio me noto pletórico. No se si será por todo el trabajo de base que he hecho en diciembre y enero de bici y natación, pero el pulso lo estoy manteniendo en zonas muy cómodas para mi (140-150 ppm). Incluso los días de series más cañeros, apenas subía de 170. En ese aspecto creo que mi corazón puede/quiere tirar más que mis piernas, pero ahí es donde entra el papel fundamental de la cabeza. A nivel muscular es donde estoy más flojo y donde supongo que sufriré más el domingo.
Esta última semana estoy priorizando en recuperar el aductor para llegar al domingo con las baterías cargadas al máximo. Descanso, estiramientos, piscina, comer y apenas 2 sesiones de running de 6-8km para no perder la chispa, pero sin gastar un gramo más de energía, que nos va a hacer falta toda.
La idea es salir a 4:40 min/km durante la primera media maratón (sube-baja suave con más baja que sube) y, si las piernas lo permiten, en la segunda media (que es plana excepto los 2 últimos km que son de subida jejeje) ponerme a 4:35. La clave será ver como responde mi cuerpo a partir del km 30 y si el aductor no me da mucha guerra y podemos mantenernos ahí. De todas formas, tampoco me voy a agobiar, ya que esta va a ser la primera de varias carreras que voy a hacer en los próximos 3 meses, con lo que no pienso forzar la máquina como hice en Valencia.
Correr la Marató de Barcelona ya es un aliciente en sí mismo: rodeado de más de 18.000 corredores; en una ciudad maravillosa y con un público y organización increibles… ¡que más puedo pedir! Pase lo que pase, será un gran día, seguro.
Os dejo con un vídeo de Asics con el que me siento especialmente identificado y que muestra parte de esa magia de las maratones. Definitivamente, me siento maratoniano.